lunes, 18 de abril de 2022

Las celebraciones del Liceo en el año 2022: 185, 175, 126 y 29 aniversario

 

EL 185 ANIVERSARIO DEL CONSERVATORIO DEL LICEU 

   Los fundamentos del actual Conservatorio del Liceo se iniciaron en el 21 de febrero de 1837 cuando algunos miembros del "XIV Batallón de la Milicia Nacional de Barcelona" se reunieron en la habitación del comandante Manuel Gibert y constituyeron la "Comisión de Oficiales del batallón", con la idea de recaudar fondos para costear los uniformes de dicho batallón a través de la organización de un primer baile público en la Casa Lonja y, posteriormente, otros bailes en el patio del cuartel durante las tardes de los días festivos: 

                "El expresado Comandante, les ha hecho presente que el objeto de la Comisión Central que debían formar todos juntos debía ser el fomentar el espíritu del Cuerpo que debe reinar entre los Ciudadanos que pertenecen al expresado Batallón y procurar los fondos necesarios para poder uniformar a los que estaban faltados de recursos para efectuarlo a sus costas [...] Se hizo en seguida la preposición de que pidiere permiso para dar un Baile público en la Casa Lonja como ha concebido a otros Batallones [...] [posteriormente] Se hizo la proposición que se viese si podrían darse algunos bailes en las tardes de los días festivos en el patio del cuartel, y así mismo si podrían aprovecharse los lavaderos que hay junto al mismo patio con cuyos productos podrían procurarse algunos fondos para el Batallón" (Serrat i Martín, 2022: pp. 64-65)


   Meses más tarde, entre marzo y abril 1837, entre esos mismos organizadores se concretó ampliar su idea inicial de recaudar fondos para el batallón y ampliar sus esfuerzos para fomentar el estudio del arte dramático, así como financiar la construcción de un teatro propio, adecuando algunas dependencias del cuartel, naciendo de esta manera la primera institución pedagógica musical  de carácter privado de la Ciudad Condal. 

   El 24 de abril 1837 se consolidó el nuevo proyecto con la creación de la "Sociedad Dramática de Aficionado", dividida en distintas secciones y con una voluntad pedagógica para impulsar el estudio de la enseñanza del canto y la declamación : 

                "El principal objeto de esta sociedad es el que los jóvenes aficionados ejerciten en el arte declamatorio, dedicándose en aquellas diversiones propias de una sociedad ilustrada. La sociedad se dividirá en tres clases: la primera será la Junta directora, la segunda que se entenderá directamente con la primera se compondrá de los aficionados que deseen dedicarse a la declamación y la tercera contribuirá al sostén de la misma.[...] La Junta directora con los aficionados cuidará del arreglo de un teatro, de la dirección de las piezas dramáticas que deberán representarse y de todo lo concerniente al mismo objeto [...] Para suplir los gastos que ocasione el arreglo del teatro y las funciones dramáticas contribuirá cada socio por primera vez con el pago de 40 reales vellón [...] Todos los individuos de la sociedad disfrutarán por ese adelanto de veinte y cuatro funciones" (Serrat i Martín, 2022, pp. 68-79)

   La primera representación que realizó la Sociedad Dramática fue el 21 agosto 1837 con la obra "El marido de mi mujer" de Ventura de la Vega, un paso de baile y un sainete.

  Tras la disolución de dicho batallón meses más tarde, el 14 de noviembre 1837 se modificó el reglamento de la Sociedad Dramática y se decidió su continuidad en el "Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de Montesión", nombre que continuaba haciendo referencia al antiguo convento de Montsió donde estuvo instalado dicho batallón. Entre sus reglamentos se aprobó cuestiones relativas a los socios, las academias y las enseñanzas:

                 "El Liceo Filo dramático como lo indica su nombre es una sociedad de amigos reunidos para contribuir con sus luces o caudales al desarrollo progresivo en esta ciudad del Arte escenario en todas sus partes [...] Al objeto tendrá Academias de declamación y de canto donde se ejerciten los aficionados que haya admitido como socios internos o externos [...] planificará las escuelas teóricas indispensables para que el arte escénico experimente un verdadero adelanto, señalando desde ahora como estudios de primera necesidad: el arte dramático, lecciones de cantoy y el idioma italiano [...] El Lliceo se compondrá de socios internos, contribuyentes y externos [...] Los miembros externos serán los alumnos de todas las academias y enseñanzas establecidas en el Liceo" (Serrat i Martín, 2022, p. 72)





   La voluntad del Liceo Filodramático de Montsió, tal y como reflejan sus reglamentos, fue, a través de la enseñanza del canto y declamación, "fomentar el progreso artístico de los jóvenes y ofrecer las diversiones propias de un pais ilustrado. [Con] Su mirada continua hacia Europa y a los grandes conservatorios europeos con más tradición, como modelo de lo que tenía que ser el de Barcelona" (Serrat i Martín, 2022, p. 29) Los alumnos, a su vez, actuaban en el teatro de la sociedad, los de declamacion en las representaciones teatrales y los de canto como artistas líricos, así como en otros teatros de la Ciudad Condal. 

   Desde su inicio, el Liceo Filodramático estaba formado por socios accionistas y socios honorarios, representantes masculinos de la nueva burguesía enriquecida, con ideas liberales contrarias a la antigua burguesía catalana que acudían preferentemente al histórico Teatro de Santa Cruz (posteriormente llamado Teatro Principal), con una importancia social que se evidenció en las buenas relaciones que este colectivo tenía con las instituciones, materializándose el 27 abril 1838 con un acto inaugural en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona para la apertura solemne de las cátedras del Liceo Filodramático en el que se escucharon las sinfonias de Guillermo Tell, dirigidas por el maestro Marià Obiols, director de la escuela de canto del Liceo. 

   El auge que tuvo la entidad, aumentando considerablemente el número de socios en pocos meses (pasó de 11 socios en 1837 a 76 en 1838), y la consecuente expansión de las cátedras de música, propició que las instalaciones de Montsión, incluidas el pequeño teatro, fuesen cedidas al Liceo por orden real, cambiando su nombre por el de "Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Dª Isabel II":

                  "El 10 de agosto [de 1838] el gobernador de la Provincial comunicó al presidente del Liceo que 'S.M. la Reina Gobernadora se ha dignado conceder el edificio exconvento de Montesión de Barcelona al Liceo Filarmónico de dicha ciudad, entendiéndose dicha cesión con arreglo a lo que previene la Real Orden de treinta de mayo último, pero limitándola al tiempo que permanezcan  en pie las cátedras de enseñanza pública y gratuita'." (Serrat i Martín, 2022, p. 44)



   Los años siguientes fueron de expansión del Liceo Filo-Dramático y, ante la necesidad de ampliar su espacio para impartir las cátedras, así como para dotar a la sociedad de un teatro con el que obtener beneficios, ya que el Liceo no recibía nigún tipo de subvención, ni de las instituciones catalanas ni de la realeza, se iniciaron los trámites para solicitar una permuta para cambiar las instalaciones de Montesión por las del antiguo convento de los Trinitarios en las Ramblas de Barcelona, con las casas y los terrenos anexos. 

   Este período de mediados del siglo XIX en el que se impulsó la creación de un gran teatro, como expone María Serrat i Martín en su tesis doctoral, fue decisivo para conseguir los terrenos solicitados, ya que, por un lado, existía la Ley de desamortización de Mendizábal que permitió ceder antiguos terrenos de la Iglesia a la creciente burguesía del momento y, por otro, se impulsaron leyes de regulación de las competencias de las administraciones locales. Estas circunstancias favorecieron la cesión de los terrenos del antiguo convento de los Trinitarios, que había sido desamortizado siguiendo la idea de convertir a Barcelona en una gran ciudad Europea moderna donde la presencia de la cultura fue fundamental. (Serrat i Martín, 2022, p. 80) 

   Tras escoger a Joaquín de Gispert como representante legal del Liceo Filo-Dramático, se le concedió  en junio 1844 la posesión del exconvento de los Trinitarios, iniciándose la creación de una sociedad de construcción para el nuevo edificio. Este largo proceso finalizó en enero 1847, después de realizadas las obras necesarias para hacer las salas de las cátedras junto a un teatro para mínimo 3.500 espectadores, trasladándose en abril las clases de música al nuevo Teatro del Liceo, en unas dependencias anexas para las cátedras.




  


(Ver un reciente documental sobre los orígenes del Conservatorio del Liceo en: 









EL 175 ANIVERSARIO DEL TEATRO DEL LICEU



  Una de las conclusiones de María Serrat i Martín, en su monografía sobre los orígenes del Conservatori del Liceu (2022), es que el Teatro del Liceo se construyó para poder financiar el mantenimiento de las cátedras del conservatorio a través de los beneficios que se obtenían con las representaciones. 





   Una vez finalizado la construcción del teatro en enero 1847, tras dos años intensos de obras, el 4 de abril de 1847 tuvo lugar la jornada inaugural del Teatre del Liceu con diversas actuaciones de música sinfónica, teatro y ballet: una sinfonía del maestro Josep Melcior Gomis y una cantata en italiano "Il Regio Imene", compuesta por Marià Obiols; el drama "Don Fernando el de Antequera", de Ventura de la Vega, así como un ballet del maestro Josep Jurch "La Rondeña", coreografiado e interpretado por doce parejas de bailarines, encabezando el elenco como pareja principal el bailarín bolero Joan Camprubí junto a Manuela Garcia. 

   Al acabar la función de inauguración, Joan Camprubí y Manuela García realizaron un final de fiesta, según la tradición de la época en que las parejas de baile bolero actuaban en los intermedios o al final de los espectáculos teatrales.




Joan Camprubí y Manuela García
Imagen extraída del blog "Liceoxballet" aquí



  Esta actuación del maestro Joan Camprubí junto a su elenco demuestra la gran afición que había en Cataluña por la escuela bolera, representando dicho ballet "La Rondeña", junto a otras parejas boleras, y con una muestra de diversos bailes tradicionales, como las "Boleras a ocho", "Zapateado", "El Jaleo" y "La Cachucha", entre otros. El ballet "La Rondeña" fue interpretado en 54 ocasiones en los cuatro años en que estuvo en cartel, con una media de una vez al mes, como ejemplo del interés que los bailes regionales tenían (ver en Anales del Teatro del Liceo).




Dolors Serral, Marià Camprubí, Manuela Dubinon y Francisco Font
Imagen extraída del blog "Flamenco de Papel", ver aquí



   Joan Camprubí fue director y primer bailarín del Teatro del Liceo hasta 1863, hijo del también famoso bailarín bolero Marià Camprubí (en la imagen de arriba, la pareja de la izquierda compuesta por Marià Camprubí bailando junto a Dolors Serral "Bolero" en 1834, junto a Manuela Dubinon y Francisco Font).

   La afición por los bailes españoles se representó en el Teatro del Liceo a través de los grandes bailarines boleros, como detallan en la web Liceuxballet: 

               "En aquellos primeros años, existían dos compañías en el Liceo, la de género español en la que destacan nombres como Joan Camprubí, Manuel García, Manuela Perea 'La Nena' o Manuel Pérez, y la francesa Marie Guy-Stéphan en la de baile extranjero. En aquellos años se representan entre otros los ballets, Las Mollares de Sevilla o La Linda Beatriz" (cit. blog Liceuxballet aquí)







Manuela Perea "La Nena"
Imagen extraída del blog "Liceoxballet" aquí


 
    En las representaciones que se hacían en el nuevo Teatro del Liceo, se intercalaban números de guitarra española junto a los ballets y comedias, actuando el guitarrista Trinidad Huertas en dos ocasiones e interpretando, junto a obras clásicas, un repertorio del llamado "aires nacionales", como "La Cachucha" y el "Jaleo de Jerez"







 En 1854 se produjo la separación de la gestión entre el Teatro Liceo y la Sociedad Liceo, gestora de las cátedras de música, que hasta entonces estaban unidas en una sola sociedad. La Sociedad de Accionistas del Gran Teatro del Liceo gestionó como sociedad anónima el Teatro Liceo, mientras que la Sociedad Liceo continuó gestionando las cátedras de música. Pese a esta separación, se mantuvieron a lo largo de los años algunos acuerdos mutuos, como una aportación anual del Teatro a la Sociedad Liceo para el mantenimiento de las cátedras o que el alumnado participara en las representaciones teatrales. 



EL 126 ANIVERSARIO DE LA GUITARRA EN EL CONSERVATORIO DEL LICEO

La enseñanza de la guitarra tardó unos años en introducirse en el Liceo Filo-Dramático, exactamente en el curso 1896-97, el 4 de noviembre 1896, bajo la dirección del profesor Domingo Bonet Espasa (Vinaixa (Lleida), 1841-Barcelona,1931), haciéndose cargo de las clases de guitarra junto a las de bandurria y mandolina: 

     «La comisión celosa en extremo y para que las enseñanzas en el Conservatorio abracen todos los elementos de manifestación instrumental, acaba de acordar y de merecer de la Junta Directiva la sanción de crear dos nuevas escuelas de instrumentos una de tromba, saphorno y tuba a cargo del Profesor D. Antonio Casals; y otra de Guitarra, Bandurria y Mandolina a la de D. Domingo Bonet.» "Comisión de música", Memoria 30-XI-1896, cit. Serrat i Martín (2019: 74).  


Un año después, en 1897, el 18 de septiembre 1987, Bonet dimitió y el guitarrista Miguel Llobet i Solés (Barcelona, 1878-1938) ocupó el cargo de profesor de manera provisional: 

  «Dimisión por causas ajenas a su voluntad del profesor de Guitarra Sr. Bonet. Encargan la clase de guitarra interinamente al sr. Miguel Llobet» Ll.2.2 Actas 1893-1914, p. 103, 18-IX-1897, cit. Serrat i Martín (2019: 75).  


Hasta que en 1898, el 4 de junio 1898, JosepFerrer Esteve de Pujades (Torroella de Montgrí (Girona), 1835-Barcelona, 1916) se incorporó como profesor titular, cargo que ocupó hasta su dimisión por trasladarse a París el 21 de septiembre 1901, continuando su labor docente en el Conservatorio del Liceo Joaquín Casanovas (1862-?), siendo nombrado el 24 de septiembre 1901, quien llevó a cabo su actividad pedagógica de manera continuada hasta su dimisión el 10 de julio 1931. 


José Ferrer

Tras la dimisión de Joaquín Casanovas en 1931, Jose Sirera (Barcelona, 1884-?) ocupó el cargo de manera provisional durante dos años, desde el 10 de julio 1931 hasta 1933: 

«Se acuerda nombrar para los cursos elementales con carácter interino a D. José Cirera encargándose también de los superiores.» Ll.2.3 Actas1915- 1944, p.202, 10-VII-1931. Cit. Serrat i Martín (2019: 76).  
Tras esta primera etapa, la cátedra de guitarra del Conservatorio del Liceo fue ocupada por el maestro Graciano Tarragó (Salamanca, 1892-Barcelona, 1973) en 21 de julio 1933 hasta su muerte, acaecida en 27 de junio 1973: 
«Que habent presentat la dimissió el professor de guitarra Joaquim Casanovas es proposa al ex alumne Sr. Gracià Tarragó amb un brillant expedient». Ll.2.3 Actas1915-1944, p.227.21-VII-1933. Cit. Serrat i Martín (2019: 76).
[Que habiendo presentado la dimisión el profesor de guitarra Joaquim Casanovas se propone al ex alumno Sr. Gracià Tarragó con un brillante expediente]

Graciano Tarragó


Graciano Tarragó también se hizo cargo de las cátedras de mandolina y viola, cátedras creadas en 1904 bajo la dirección de Félix de Santos Sebastián, que aglutinaba a su vez al laúd y la bandurria. 

La extensa labor que Graciano Tarragó realizó como pedagogo se evidencia en su elevado número de publicaciones, como se resaltó en el homenaje que se realizó en conmemoración del 30 aniversario de la muerte del guitarrista: 
«Cerca de un centenar de obras de repertorio para guitarra sola; obras didácticas que incluyen un método graduado, dos volúmenes dedicados a escalas y arpegios, estudios de cejillas y una colección de 25 estudios melódicos y progresivos; transcripciones de obras de otros autores, obras para dos guitarras, versiones de música antigua adaptada a la guitarra actual, un extensísimo catálogo de canciones populares españolas escritas para voz y guitarra, obras de cámara, etc. hacen que la obra de Graciano Tarragó sea una de las más extensas que se han escrito para guitarra, y-como decíamos al principio-los valores estéticos que se desprenden lo acreditan como uno de los más altos representantes de aquella élite de guitarristas-compositores que-durante la primera mitad del siglo XX-fueron cultivar un lenguaje guitarrístico audaz y refinado al mismo tiempo, que permitió rescatar el instrumento del contexto folklorizante al que probablemente habría podido quedar relegado.» "Un gran maestro de la Escuela Catalana de Guitarra de la primera mitad del siglo XX", Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona, noviembre 2003. Cit. Serrat i Martín (2019: 77).

Tras el fallecimiento de Tarragó, su hija Renata Tarragó (Barcelona, 1927- Mataró (Barcelona), 2005) ocupó la cátedra de manera provisional, habiendo sido anateriormente profesora auxiliar el 3 de diciembre 1945, debido al notable incremento de alumnado que hubo en el departamento de guitarra a partir de la década de los 40 del siglo XX: 
«Nombran Prof. Auxiliar de Guitarra a Renata Tarragó».L l.2.4 Actas 1915-1944, 17. Libro de calificaciones de1934 a 1945. pp.45-47,3-XII-45. Cit. Serrat i Martín (2019: 78).

Alumno destacado de Graciano Tarragó, Jaume Torrent (Barcelona, 1953) se incorporó en 1975 como profesor auxiliar de guitarra, siendo nombrado posteriormente profesor titular hasta su jubilación en 2000. Durante su extenso periodo docente en el Conservatorio del Liceo, entre los cargos que ocupó destaca el de  director académico en el periodo 1993-99. 


Jaume Torrent


En este mismo periodo, Juan Francisco Garrido se incorporó como profesor de guitarra junto a Jaume Torrent y ya en el siglo XXI,  la cátedra de guitarra se mantiene con distintos profesores que imparten sus enseñanzas hasta hoy día con los maestros Sergi Vicente y Guillem Pérez-Quer




Por último, destacar como profesores y profesoras de guitarra en el Conservatorio del Liceo del Grado Profesional a las guitarristas Maite Rubio, Asunción Sabater, Maria Camahort y Dalibor Majdenic.




EL 29 ANIVERSARIO DE LA GUITARRA FLAMENCA


Décadas más tarde y de manera pionera, la guitarra flamenca se introdujo en el Conservatori del Liceu en 1993 bajo la dirección de Manuel Granados (Andújar (Jaén), 1962), al incorporar a sus cátedras el "Aula de Guitarra Flamenca de Barcelona" que fundó Granados en 1989 en la "Asociación Musical de Maestros Directores de Orquestas de Barcelona", convirtiéndose el Liceo en el primer centro musical superior en Cataluña que incorporó la guitarra flamenca como especialidad y el segundo en el estado español. 


Manuel Granados




Los estudios iniciales de guitarra flamenca en el Conservatorio del Liceo eran de carácter particular, insertados primero en el "Departamento de guitarra flamenca" que más tarde pasó a denominarse "Escuela Superior de Guitarra Flamenca", convirtiéndose en estudios reglados en el Grado Profesional desde el curso 2009-2010 y en el Grado Superior a partir de 2010-2011.