lunes, 27 de septiembre de 2021

Miguel Borrull Castellón (I)

 

MIGUEL BORRULL CASTELLÓN


Este texto fue escrito en 2014 y recopiló los datos biográficos que hasta la fecha se conocían de Borrull padre, sin embargo, algunas de las afirmaciones que se exponen han sido superadas tras las nuevas investigaciones que ha realizado la autora y que serán publicadas próximamente.


[Si quieres utilizar el texto como referencia: Castro Martín, María Jesús, 2014. La guitarra flamenca en el siglo XIX. Seis obras originales para cuarteto de guitarras flamencas, Madrid: RGB Arte Visual, pp. 11-12 ].


Miguel Borrull Castellón (Castellón de la Plana, 1864-Barcelona, 1926) es el guitarrista gitano flamenco más representativo del toque de principios del XX, junto a Ramón Montoya. Los pocos datos biográficos que se conocen de él lo sitúan en Madrid hasta su establecimiento definitivo en la Ciudad Condal en los primeros años del siglo XX. Destaca de su trayectoria profesional su toque de acompañamiento al cante, que desarrolló junto a grandes cantaores como Antonio Chacon o El Cojo de Málaga, así como su toque de concierto, muy poco documentado pero más que importante a la luz de los nuevos documentos hallados. Como guitarrista acompañante al cante, destacó en los estilos de Levante con un toque de pulgar tradicional. Entre otros eventos, en 1912 estuvo en el elenco flamenco que inauguró el local "La Feria" en París, regentado por Zuloaga y Amalio Cuenca, junto a sus hijas Julia e Isabel





Miguel Borrull Castellón
Archivo personal Manuel Granados


Tras su éxito en Madrid y otras ciudades andaluzas, como Sevilla y Cádiz, Miguel Borrull fue propietario del Café Cantante Villa Rosa en Barcelona, que inauguró en el año 1916 y por el que actuaron los mejores artistas de su época, como La Niña de los Peines, Manuel Torre, Manuel Vallejo o Juana la Macarrona. Patriarca de la extensa familia artística de los Borrull, su hijo Miguel Borrull Giménez fue su principal heredero en el toque, junto a otros discípulos suyos como José Sirera Prats o Juan Ramón Bustamante


El siguiente eslabón en el camino hacia el concertismo flamenco se encuentra en Miguel Borrull Castellón y en aquellos otros guitarristas contemporáneos, como Amalio Cuenca (Riaza (Segovia), 1866-?), después de haber evidenciado que Paco de Lucena fue el primer guitarrista flamenco que en los años 80 del siglo XIX ofreció al público conciertos de guitarra que intercalaba entre los números de cante. 


La importancia de Borrull como concertista empieza a ser documentada y consta que, junto a Amalio Cuenca, también guitarrista clásico y flamenco gitano, formaron un dúo de guitarras con el que actuaron por la geografía española a finales del siglo XIX. En el año 1898 inauguran el Casino Music-Hall de Madrid y tocan en otros locales, como el Nuevo Teatro y El Café de la Marina. Como solista, Amalio Cuenca actuó en 1898 en el Teatro de la Zarzuela donde "dio un concierto de aires andaluces". En 1902, los dos guitarristas y amigos dieron un concierto en Segovia




También en la provincia de Cádiz se tiene la constancia de las actuaciones que en mayo de 1905 realizaron Antonio Chacón con Miguel Borrull Castellón, en el Teatro Cómico y en el Casino de Cádiz. Según las reseñas de hemeroteca, tras el acompañamiento a Chacón de malagueñas y soleares, tuvo lugar un "Solo de concierto a la guitarra por D. Miguel Borrull", destacando la actuación de Borrull, ya que "como concertista, se reveló con notabilidad, así en su 'género', cual por lo fino". Borrull será nombrado como concetista y afamado profesor de guitarra. Por desgracia, en ninguna de estas fuentes se dice cuáles fueron las obras que interpretó. 


Esta información, junto a los datos contrastados de la amistad y relación maestro-discípulo que mantenía con Francisco Tárrega, nos lleva a precisar que, con probabilidad, los conocimientos musicales de Borrull fueron superiores de lo que habitualmente se ha valorado y no los exhibía exclusivamente "en privado", y que fueron adquiridos con anterioridad a su establecimiento definitivo en Barcelona, seguramente en las décadas de los 70 o principios de los 80 en Madrid, ciudad en la que debieron coincidir los dos compatrioras catellonenses [las nuevas investigaciones sobre la biografía de Borrull aportan novedosa información sobre el lugar de encuentro de Borrull padre y Franscisco Tárrega, encuentro que no debió de suceder en Madrid sino en Valencia]. Una vez en la Ciudad Condal, su relación con Tárrega se afianzó al participar en veladas comunes guitarrísticas y al convertirse éste en maestro de guitarra de su hija Lola


Asimismo, la información hoy día aceptada de que Borrull mientras estuvo en Madrid fue maestro de Ramón Montoya y que mediante esos posibles contactos pudiera haber transmitido a Montoya su creación del toque por rondeña, seguramente influenciada a su vez por la rondeña de Julián Arcas a través de Tárrega, con la afinación modificada y los nuevos recursos "por lo fino", valida las palabras que Chacón dijera sobre Borrull, ya que, según aquel, "la guitarra andaluza tomó otro aspecto en el gitano Miguel Borrull con su estilo personalísimo y una escuela peculiar, en los cuales se han inspirado los tocaores del día".


Todos estos datos confirman la aportación de Miguel Borrull Castellón al toque de concierto, personal y característico, de quien escribió Domingo Prats palabras de admiración, tanto en "ejecución" como en el acompañamiento al cante: "Sus ágiles dedos, como sabias arañas, tejían en la guitarra falcetas, preludios, bordoneos y rasguidos que producían admiración y entusiasmo, dando la sensación de oir soñando."


La quinta obra que nos interpreta el Cuarteto "Al-Hamra", "Fragua", es una siguiriya a la manera tradicional dedicada por Manuel Granados a Miguel Borrull Castellón, en homenaje a su toque, con uno de los estilos fundadores del flamenco. Según Granados:

Obra cíclica de cinco tiempos en compás de amalgama 3/4-6/8 en el modo flamenco en La. Se caracteriza por una exposición de variaciones unidas por puentes (compás característico) a la manera tradicional, donde el mecanismo de pulgar cobra la mayor trascendencia, como ha sido característico en este estilo hasta el día de  hoy. Pese a su solemnidad, el finale con el mecanismo de rasgueo nos recrea la incorporación posterior de este estilo al baile flamenco. 



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